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Gerente de construcción, la víctima... de la industrialización

Al mismo tiempo que es capitán es superhéroe, porque le entregan un proyecto para construir con las condiciones de borde totalmente establecidas, es decir, materiales, método constructivo, costos, plazos, rentabilidad esperada y detalle de las multas por no cumplimiento de hitos.

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Primero, con el proyecto comenzando, la búsqueda de mano de obra en la actualidad más que un desafío se ha transformado en guerra perdida. Con una oferta muy baja gracias a la coyuntura de entrega de bonos, es cada vez más difícil encontrar carpintero, hormigonero, albañil e incluso jornales con las debidas competencias laborales. Y se repite el escenario con maestros de terminaciones. Todo lo anterior genera una altísima demanda, aumentando el costo de la mano de obra, y además repercute en la calidad de los proyectos.

El segundo desafío es la disponibilidad de materiales, tomando como ejemplo el acero en barras, porque poder conseguirlos se ha transformado en un remate, con varios postores para poder comprar el escaso acero disponible, que hace un año no supera los $500/kg y que hoy se mantiene en una cómoda posición que no baja de los $900/kg. ¿Tanto nos impacta el mercado internacional?, ¿o hay otro motivo?

Y el tercer dolor de cabeza es encontrar maestros enfierradores, que sencillamente desaparecieron. ¿Dónde están?

Además, si el paquete de beneficios del Gerente de Construcción se establece bajo el desempeño a obtener con todo el escenario anterior, y más encima con el tiempo en contra, qué oportunidad tienen de implementar soluciones que permitan industrializar procesos para aumentar rendimiento, y mejorar la súper conocida baja productividad de la industria de la construcción.

Entonces, ¿cómo logramos introducir a uno de los principales actores de la cadena de valor a la industrialización si le pasan una papa caliente?

Vamos a la práctica, al finalizar cada proyecto se conocen claramente los costos finales por partida, los meses de gastos generales y la dotación final. Raya para la suma, costo final de obra gruesa, terminaciones y total por metro cuadrado. Si se brinda esta información detallada a cada oficina de estudio, estas tendrán la oportunidad de incorporar la realidad de las obras, pero (díganme lo contrario) mantienen la posición de idealizar rendimientos, y aunque actualizan cotizaciones de materiales, no están actualizando los rendimientos de construcción. Y conociendo en detalle si la causa fue una mala ejecución, reparación y reproceso, o si esto fue por un problema del proceso constructivo, de la calidad del material, del personal o uno de tantos factores que son dolores de cabeza en obra.

Entonces, señores profesionales que trabajan en áreas de estudios, incluyan todo lo relacionado a la construcción con prefabricados en etapa temprana, asesórese adecuadamente conociendo el potencial de uso de prefabricados en cualquier proyecto para lograr inversiones sustentables, con metodologías de cero gestión de residuos junto a mayor seguridad para “menos trabajadores”.

La transformación de las empresas en el actual escenario requiere una mirada integral donde varios de los actores que generalmente se conocían sólo como etapas consecutivas de un proceso, ahora están obligadas a sentarse “juntas” en la etapa de diseño del proyecto para establecer la estrategia de construcción. De lo contrario, sus empresas perderán competitividad, reducirán personal y finalmente desaparecerán.

Esta columna la puedes encontrar en la revista www.negocioyconstruccion.com a la cual puedes suscribirte gratuitamente.