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Burocracia industrializada

Hoy vivimos y trabajamos en un sistema en el cual todos sabemos a la perfección y están identificadas las desviaciones, errores, repeticiones de actividades, tiempos perdidos, falta de capacitación y motivación del personal, etc, es decir, existe un “ambiente y engranaje eficiente de ineficiencia” en la industria de la construcción a lo largo de toda la cadena de valor, desde la etapa de evaluación de proyectos, diseño, ingeniería, construcción, operación y mantención, lo que vamos a llamar a partir de hoy la Burocracia Industrializada.

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Esto genera que todos los operarios, supervisores, técnicos, profesionales constructores, ingenieros y arquitectos, se acostumbren a un sistema de trabajo improductivo donde los mejores esfuerzos de modificar el statu-quo son imposibles, quedando los buscadores de soluciones totalmente omitidos, desmotivados y obligados a mantenerse en la misma balsa.

El año 2013 queda en evidencia que la productividad en la construcción es muy baja, no superando el 55%, basándose en una metodología de evaluación de actividades que agregan valor realizadas por la Corporación de Desarrollo Tecnológico CDT de la CChC. Sumemos a esto el informe de la Comisión Nacional de Productividad que entrega hallazgos y declara las brechas para alcanzar una industria de la construcción más productiva y competitiva, encontrando problemas a todo nivel, desde administrativos, contractuales, y especialmente de incentivos a la adopción de métodos constructivos industrializados y prefabricación.

Sin embargo, lo que creía es responsabilidad en gran parte del estado en incentivar, hoy veo positivamente que se diluye porque actualmente más directores de empresas y Gerentes Generales se proclaman transformadores de la industria y promotores de la Construcción Industrializada (CI). Cada día aparecen nuevos proyectos donde se observa un uso del 100% de prefabricados en viviendas, que abarcar desde fundaciones, radier, muro y losa, es decir, evidencia verdadera de la transformación de la industria, la que está comenzando a ser liderada por las propias empresas que son las que realmente pueden generar al cambio y hoy están logrando mayor certeza en sus expectativas de rentabilidad. Porque recordemos siempre, ninguna de estas empresas compra prefabricados porque es la moda.

Entonces, con un escenario de olas que vienen y van de COVID-19 y futuras pandemias, establecer una estrategia de construcción es indispensable para abordar el año 2023, y son los Directores de empresas los llamados a solicitar a sus equipos técnicos y financieros ir a lo básico, evaluando los proyectos en dos escenarios: seguir usando el Método tradicional, o el segundo escenario que es trabajar con el Método industrializado con prefabricados de hormigón. Este último nos da beneficios como parametrizar el costo, plazo, reparaciones, rendimientos, gestión de residuos, impacto ambiental, sustentabilidad a lo largo de la vida útil, valor residual, operación, uso o venta temprana, costo financiero, oportunidad de construir más proyectos, etc.

Tenemos que evitar seguir dedicando más tiempo a evaluar la compra de una impresora en vez de levantar información y entender cómo la construcción industrializada puede hacer sostenible tu empresa. 

Esta columna la puedes encontrar en la revista www.negocioyconstruccion.com a la cual puedes suscribirte gratuitamente.