IA: ¿RAZONAMIENTO DE MÁQUINAS O SIMPLEMENTE programación humana especializada?

La inteligencia artificial no existe, somos nosotros con el potencial de inteligencia para mejorar nuestra calidad de vida, crear máquinas y aplicaciones de alto desempeño. 

Somos máquinas biológicas, con huesos, músculos, piel, órganos; que gracias al cerebro con sus más de 100 mil millones de células llamadas neuronas, permiten nuestro funcionamiento. Si esto no es una máquina biológica, compuesta de partes y procesos continuos, ¿entonces qué es? Si no te alimentas y también logras hacerlo bien, haces ejercicios, lees, juegas, compartes, trabajas, descansas, etc., tu cuerpo no funcionará bien, se deteriorará y dejará de funcionar. Todos los días estamos leyendo y escuchando el término IA, Inteligencia artificial y se suma la IA narrow (estrecha) y la general, también Machine learning y Deep learning, y así una cantidad de variantes con términos comunes, las palabras algoritmo, programas, datos, sistema y ciencia informáticos, entre otros.

¿Y dónde habría empezado esta ola marketera de IA? Se la atribuye a Alan Turing en 1950 cuando se hacía la pregunta: ¿las máquinas pueden pensar? Y otros que pueden ser los padres de la inteligencia artificial moderna, como John McCarty, Marvin Misky y Claude Shannon; que acuñaron formalmente el término durante una conferencia titulada “La ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.

La inteligencia a secas, según la Real Academia Española (RAE), es la capacidad de entender o comprender, de resolver problemas, etc. Me gusta la definición siguiente: capacidad de aprender, razonar, resolver problemas, pensar de forma abstracta, comprender ideas complejas. Entender emociones y motivaciones de los demás, adaptarse al cambio y tomar decisiones.

Y la inteligencia artificial según la RAE, la disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico. Nuestra inteligencia, como ser humano, nos ha permitido avanzar en varias revoluciones, creando máquinas para resolver todo tipo de problemas para alcanzar un mejor desempeño en diversos aspectos. Existen barcos gigantes que tienen una capacidad de carga de 24.116 TEU, es decir, más de 24 mil contenedores de 20 pies (6 metros) de largo, naves espaciales, supercomputadoras y simples computadoras en nuestros trabajos y en nuestros teléfonos.

Hemos sobrepasado límites y no nos damos cuenta…

En vista de esto, claramente nuestro cuerpo y mente tienen un límite, y el mejor ejemplo es una simple calculadora. Podemos sumar y restar y realizar todo tipo de operaciones, incluso algunos superdotados lo hacen con grandes números, pero llevarlo a un siguiente nivel es mucha información, más operaciones y más rápido. Es más inteligente que nosotros una calculadora, ¿tiene alguna inteligencia superior a la nuestra?

Definitivamente no. Simplemente lo que vemos es que con nuestro conocimiento humano logramos llegar al límite de nuestra inteligencia, a nuestra capacidad de procesamiento de información, y hemos avanzado a un siguiente nivel, pero ir al extremo de ¿llamarla inteligencia artificial? Que una máquina o aplicación pueda procesar información, también lo hacemos, tomar una decisión, con los caminos que le indicamos para proceder con una acción predeterminada, si está previamente programada, también lo hará, pero no podrá razonar. 

Lo que quiero tratar de transmitir es que, aunque incluso existan diferentes tipos de inteligencia, tales como Inteligencia lógico matemática, lingüística, espacial, musical, kinestésico-corporal, intrapersonal, interpersonal, naturalista, todas se basan en un punto común, nosotros como seres humanos y para todas las que cité tarde o temprano habrá aplicaciones, programas, máquinas, para ejecutar las mismas actividades, y en mayor cantidad y calidad.

¿Y pueden pensar? Realizar una serie de procesos mentales por medio de los cuales se comprende, reflexiona, analiza, argumenta, se crean y recrean realidades, se construyen y reconstruyen significados, se conoce y se vive, pudiéndose desarrollar y perfeccionar con la práctica. Si el pensar lo discretizamos y parametrizamos como partes de un proceso, sí.

En definitiva, el foco se debe cambiar a que somos nosotros los que estamos logrando soluciones artificiales para resolver un problema, atender situaciones, construir máquinas, etc.

Me gustaría que nos enfocáramos en ayudar a toda la sociedad para alcanzar una mejor calidad de vida, eso sería un gran golpe de inteligencia humana y podemos utilizar la que llamamos hoy la inteligencia artificial para lograrlo. Leer más